domingo, 12 de marzo de 2017

Las necesidades de los niños tímidos en el aula



Estamos en un momento clave de la historia de la educación. Un momento de cambio caracterizado, sobre todo, por la conversión de las aulas en espacios abiertos, donde se interactúa continuamente, donde la metodología es activa y no hay espacio para la inacción.

Perfecto, pero no todos los niños son iguales. Los hay sensibles, retraídos, tímidos, o que atraviesan una fase en la que temporalmente sus habilidades sociales no están a pleno rendimiento.
Y eso es tan importante como la metodología, y tan necesario como la tecnología. Saber los límites activos de un alumno, en que situaciones va a desarrollar todo su potencial y en cuales le colocaremos en un límite en el volverá a su refugio, como un caracol.
Los niños y niñas introvertidos o reacios a los cambios no son enfermos, son niños distintos, propios de una escuela diversa y a los que debemos prestar tanta atención como a uno de compensatoria, un extranjero o un TDAH, por citar tres ejemplos de niños y niñas sobre  los que debemos volcar nuestra alma. A ellos también, que no todo se resume a diagnosticar niños y clasificarlos.

A veces pensamos que estos niños tienen mal humor y agresivos, sin reparar en que al entrar en su mundo sin permiso hemos desatado un mecanismo de defensa y ese es el resultado. Ese o el silencio, que es aun peor, porque les expone a la agresividad de esos otros siempre pendientes de fastidiar al prójimo.

Para querer a estos niños hay que conocerlos y conocer las situaciones más productivas y respetar sus tiempos. Eso no significa que hay que aceptar sus pequeñas manías, pero si saber manejarlas de forma educativa. Los rasgos propios de alguien no siempre son buenos para él y los demás, por eso existe la educación.

Estas son algunas formas de acción que he recopilado de varios cursos y buenos maestros que espero nos sean útiles a todos.

1.Muchos de estos niños rechazan, por no saber actuar, actividades bulliciosas o en las que se interactúa mucho, les abruma. Y no es que no les guste socializarse, muchas veces no saben cómo actuar y se sienten más seguros relacionándose en un terreno conocido con sus amigos cercanos en vez de la de un montón de desconocidos en un sitio con mucho ruido.
Hasta que rompamos sus miedos y les enseñemos a actuar en esos casos es mejor proponerles interacciones más simples, pero significativas.

2.Todos nos hemos topado con el típico niño borde que no habla de fútbol o desconecta ante una situación en que se produce en el aula un dialogo poco académico. Y eso responde a que las conversaciones banales angustian a estos niños por la misma razón por la que odian las actividades muy kinestésicas. Para ellos, las conversaciones profundas son importantes. Prefieren una charla entre pocos que hablar con esos mismos en un pasillo del colegio.

3.En situaciones en las que las metodologías activas provocan un ritmo alto de trabajo, el niño tímido se ve desbordado. Necesita acurrucarse en su pupitre a soltar la imaginación, dibujar o leer, aunque sea en medio del bullicio, en esas situaciones, permítele un descanso. Los tímidos necesitan tiempo de inactividad para recargar las pilas, según los expertos. Para ellos, pasar tiempo a solas no es una fantasía, es una necesidad.

4.Es un error mezclar retraimiento o silencio con timidez. Los introvertidos no tardan en aclarar que no es lo mismo y que ellos no son tímidos ni tienen miedo de dar su opinión, es que prefieren hacerlo de forma distinta. Por ello, evita clasificar, nuestra labor es solo ayudar, no poner etiquetas.

5. Es muy fácil que en una actividad de aula y ante una pregunta directa un niño tímido no te responda. No porque sean maleducados, sino porque necesitan trazar un plan porque prefieren mantener una conversación valiosa y tienen un miedo extremo a no satisfacer no solo tus expectativas, si no las suyas. Y pensemos, como dice Sophia Dembling que los tímidos y los introvertidos quieren una vida tranquila en un mundo lleno de ruido.

6.Un punto importante a tener en cuenta es el contacto físico. Los tímidos valoran mucho su espacio personal, tanto físico como mental. Así que harán lo que sea para mantenerlo, ya sea sentarse en la última fila o tomarse su tiempo para relajarse después de un largo día o salir corriendo para no enfrentarse a esa situación.

7. Otro aspecto esta relacionado con una nueva tendencia educativa de aulas abiertas o sin pupitres. Las investigaciones en neuro educación demuestran que las personas introvertidas y las tímidas reciben más estímulos del entorno de lo normal, por el desigual desarrollote sus hemisferios cerebrales.. Eso significa que trabajar en un aula muy ruidosa les resulta prácticamente imposible. Los introvertidos trabajan mejor en una atmósfera más calmada, por eso es probable que a menudo estén en las zonas más tranquilas del aula y en lugares físicamente protegidos (tras su aula, no en un banco con más gente o de pie en medio del aula.

8. Con todo esto, hay una conclusión evidente, que saben muy bien los profesores que atienden a niños TEA (los alumnos diagnosticados dentro del espectro autista, aunque no tengan nada que ver con los tímidos). Si estás pensando en planear una actividad que sorprenderá a tus alumnos, a los tímidos también, descártala inmediatamente. Los introvertidos odian ser el centro de atención. Pero no es que sean raros, de hecho se les da muy bien comunicarse y actuar, únicamente, tienen dificultades para lidiar con ser el único centro de atención y para actuar ante lo imprevisto. Por tanto en una dinámica nueva que empiecen otros, déjales un tiempo para adaptarse y que vean, de principio como se resuelve, para planear mejor.

9.Estos niños son muy observadores (probablemente se deba a la sensibilidad a los estímulos del entorno). La ciencia cree que los introvertidos realizan más actividad cerebral al procesar información visual, por eso nada pasa desapercibido para ellos, cuida tus gestos, evita ironias.


10. Pero, dicho esto, todo el mundo sabe que la sociedad favorece a los más atrevidos, pero tener una personalidad más tranquila también tiene sus ventajas. Y no hay quien lo sepa mejor que un introvertido. Un niño introvertido o uno tímido es eso, un niño, lleno de valores, capacidades e ilusiones, solo debemos encontrar la llave para abrirlas. 

No hay comentarios:

Comparte en las Redes

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...